lunes, 29 de noviembre de 2010

“La légèreté appartient a cerf-volant”

La levedad es una melodía lenta al despertar… o el riesgo de morir anestesiado en un hospital. Es el roce casual de una mano templada, una caricia con medidas, un susurro… un grito contenido. La levedad corteja a la ira.

La levedad reprimida de las olas ahoga a los marineros algunos martes de abril… y luego, en su compleja naturaleza, se escandaliza de lo que ha hecho, pero nunca lo dice, porque de eso no quiere hablar.

La levedad es el calor que desprende un cuerpo a punto de morir, es la humedad que se impregna en las sábanas frías, es el olor a lodo convertido en estrella fugaz, son palabras escritas sobre el vaho del cristal… Es el olvido, es un adiós disimulado, es un silencio… Es la pena de la rubia que bebe sola en la esquina del bar, se eleva entre el humo de su cigarrillo, se enreda en su pelo y hace llorar… así vive la levedad, la puta que no cobra por recostarse en el diván….

Leves son las notas decadentes de un borracho, descolgadas y oblicuas a su razón, notas que se estrellan contra el suelo con suma fragilidad, ni se rompen, ni se doblan… sólo se elevan, nada más.  

La levedad no se implica, no lucha, ni responde… actúa por implosión, es imprecisa pero oportuna. Dosis apropiadas de levedad han desatado pasiones de intensidad desmedida, imposibles de controlar.
La levedad es espontánea en las arañas, en el gesto dormido de un ladrón, en las manos que se deslizan sobre unas medias, en las miradas furtivas o en los besos torpes robados con pudor. La levedad es frugal y confusa, existe plena, pero sólo en un lugar, en el momento exacto que separa la certeza de la confusión.   

La levedad es una insinuación velada sobre un tejido ligero, es la sombra sinuosa, es agua resbalando sobre la piel… la levedad es lo que deseo al despertar, es lo que me estremece un instante antes y después de hacer el amor… pero, la légèreté appartient a cerf-volant… cuando sea una cometa, volaré ligera sobre las nubes violetas de esta ciudad, me agitaré nerviosa queriendo escapar del hilo tenso que me atrapa, y si se tensa más, más fuerte me agitaré, violenta, gritando, deseando escapar… Levedad tiene nombre de niña triste, mis pasiones tienen nombre de animal, de desiertos, de huracán… 


                       

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